Fundación Galeno. Murcia. Del 15 de diciembre al 7 de enero de 2018.

Esta exposición muestra irónicamente las sub-realidades sociales y políticas de nuestro momento. Mi proyecto es tratar de documentar y sacar a la luz las dificultades de la existencia cotidiana. Es frecuente que en mis obras esté presente el conflicto entre lo privado y lo público, utilizando el desnudo, la historia, la infancia o la violencia, por ejemplo, como argumentos de reflexión.

En ella reúno varias series pictóricas como “Desaparecidos” que tiene vocación de crónica, pero rechaza la narración de grandes acontecimientos sociales y políticos, en favor de los pequeños sucesos. Los libros y la memoria arden mal cuando se les quiere hacer desaparecer, pero a pesar de la crítica que hago de la historia de España hay en mi obra una profunda reivindicación de lo español que se enfrenta a su crisis histórica.

La serie “L’enfant terrible” intenta hablar de la sociedad en su formación y en cómo los individuos tienden a ser consecuencia de esta; mi obra se muestra rebelde y crítica frente a una cultura que pierde sus valores con una rapidez vertiginosa. Estas pinturas trazan un discurso melancólico porque soy consciente de la vulnerabilidad y el aislamiento humano. En medio de esta permanente crisis de valores, “L’enfant terrible” intenta evocar la habilidad con que los niños adquieren su pericia y crecen desde la infancia hasta la adolescencia forjando su carácter. Las escenas que pinto encuentran a menudo pruebas de una madurez precoz, niegan la inmadurez infantil y la idea de que los niños son débiles y sucumben fácilmente a las presiones sociales y al ejemplo que les dan los adultos. En estas pinturas convergen el adulto que somos y el niño que fuimos.

La serie TNT, Aventuras en Japón, muestra a un nuevo Tintín, un héroe que se despoja de su autor para correr sus propias aventuras, esta vez en Japón, donde por fin se hace adulto y la pasión lo domina por completo; pero para llegar aquí hice un recorrido por la historia de la pintura y llegué a la conclusión de que la línea negra del cómic es heredera de la línea negra del grabado japonés, así como las distintas tintas que acompañan. Es el llamado japonismo, que nos hace recordar el cartelismo francés de principio del siglo XX. Una vez más hablo del conflicto que para nosotros supone lo que en otras culturas es sagrado.

La conclusión a la que llego es que vivimos cotidianamente una existencia amenazada y que somos siempre seres frágiles y vulnerables. ¿tu que opinas’

Tamara Kreisler
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